Cuando Marlene llega a su puesto de trabajo cada día a las tres de la tarde, el ritmo de la oficina es una locura. Son unas instalaciones que albergan a más de dos mil empleados y que nunca duermen. Pero ella tampoco descansa en su vigilancia. Porque, aunque su turno termina a las once, su labor no se limita a esas horas de presencia en las instalaciones. Marlene es el alma del equipo de limpieza, la figura clave que supervisa los tres turnos de trabajo ininterrumpidos de C&H Facility Services en estas oficinas.
Marlene habla bajito, pero con una seguridad que no deja lugar a dudas y en la que no caben los malentendidos. Ella sabe exactamente lo que hace y por qué lo hace. Y eso, en su trabajo, lo es todo. Porque en una oficina donde nadie tiene un sitio fijo, donde cada silla, cada pantalla y cada mesa deben estar impecables para el siguiente usuario, la limpieza es más que una tarea rutinaria: es un estándar que debe mantenerse sin concesiones.
Esto, Marlene lo sabe y lo exige.
Por eso, es una de las figuras clave en las que se apoya María Martí, CEO de C&H Facility Services, y la cara visible de la empresa ante la office manager del cliente.

Un equipo de limpieza que funciona 24/7
El equipo de limpieza de C&H Facility Services en estas oficinas es un engranaje bien ajustado que funciona sin pausa. Con tres turnos de ocho horas cubriendo todo el día, siempre hay alguien pasando la aspiradora por las moquetas, limpiando las pantallas, las taquillas o asegurándose de que el lavavajillas no se llene de platos.
Los empleados almuerzan allí, utilizan cubiertos reales, y eso significa que el equipo de limpieza debe estar pendiente constantemente para que la cocina no se convierta en un caos.
Pero no se trata solo de limpiar. Se trata de mantener el orden en un entorno donde el más mínimo descuido puede romper la armonía del espacio. Las sillas no solo deben estar limpias, sino que sus patas deben relucir. Los extintores no pueden acumular ni una mota de polvo. La carga de trabajo es enorme y constante, un no parar. Hay que estar pendientes de todo, todo el tiempo.
Además, se tiene que seguir un protocolo muy riguroso de reciclaje, aunque los empleados están muy concienciados, por lo que su labor es, principalmente, velar para que se cumpla. En el caso de que haya errores en la separación de los residuos, es el equipo de limpieza quien debe subsanarlo poniendo cada residuo en su contenedor y, nuevamente, Marlene la que revisa que todo esté correcto y que se cumplan los parámetros de sostenibilidad exigidos.
Mientras el equipo de C&H Facility Services limpia, el personal de la empresa continúa trabajando, ya que es una actividad non stop. Por eso ambos equipos tienen que entenderse a la perfección y, lo cierto es que lo hacen, respetando siempre las tareas de los demás. Y cuando se acerca un evento importante y la office manager anuncia que los jefes visitarán la oficina en tres días, Marlene ya sabe que el nivel de exigencia subirá todavía más.
La lucha diaria de la supervisión en servicios de limpieza profesionales
Aunque Marlene echa una mano en la limpieza si es necesario, ella, sobre todo, supervisa. Cada día, sin excepción, tiene una reunión con la office manager para alinear prioridades y resolver incidencias. Y después, va persona por persona comunicando cada detalle.
En este trabajo no hay espacio para malentendidos. Cada persona tiene un rol muy específico: uno se encarga de las sillas, otro de las pantallas, otro de los baños. Marlene lo tiene todo en la cabeza, lo controla de memoria, y por eso sabe exactamente a quién dirigirse para dar nuevas instrucciones o cuando algo no está a la altura.
Pero supervisar también significa lidiar con la naturaleza humana. Como dice Marlene, las nuevas compañeras llegan «con la escoba nueva hasta que a la escoba ya se va gastando la punta”, es decir, al principio entusiasmadas y con energía, pero con el tiempo, la motivación empieza a desgastarse. Y ella, como líder, debe asegurarse de que eso no suceda. Su trabajo es mantener la moral alta, animar cuando las fuerzas flaquean y, cuando es necesario, también llamar la atención sin rodeos.
Marlene sabe que su equipo la necesita y sabe que su papel es clave para que todo funcione.

El reto de decir lo que nadie quiere oír
Parte de la labor de Marlene, además de coordinar y supervisar, es comunicar lo difícil. Cuando la office manager detecta un problema, es Marlene quien debe transmitirlo al equipo. Si alguien no está cumpliendo con su tarea, es ella quien tiene que corregirlo. Si hay un problema de higiene personal en el equipo, también le toca a ella abordarlo. Y ella lo hace con la misma honestidad con la que vive su vida, siendo asertiva, directa, pero siempre con tacto.
Marlene asume que es parte de su trabajo que algunas personas se molesten o incluso dejen de hablarle. No le preocupa. «Siempre voy con la verdad», dice con firmeza. Y eso la ha hecho ganar el respeto de todos, dentro y fuera de la empresa.
Compromiso y principios inquebrantables
Desde que empezó a trabajar en C&H Facility Services, en 2009, Marlene nunca ha cambiado su forma de ser. Recuerda que al principio alguien le sugirió que reportara más horas de las que realmente trabajaba. Su respuesta fue clara: «¿Qué gano con eso? Ese dinero no lo voy a ganar con el sudor de mi frente».
Su compromiso con la empresa y con su propio código de valores ha hecho que reciba múltiples contraofertas de otras compañías. Pero ella nunca ha dudado en su decisión de quedarse. «Aquí me valoran mucho», dice con orgullo. «Me dicen muchas gracias, pero una también se lo gana, ¿eh?». Y es cierto. Porque cuando Marlene se va de vacaciones, su ausencia se nota. «Sé que me echan de menos», dice con una sonrisa.s tiempos de desplazamientos son un factor muy relevante en la planificación de nuestro trabajo.
Servicios profesionales: más que limpieza, una gestión impecable
Además de supervisar la limpieza y motivar a su equipo, Marlene también gestiona los suministros. Ella organiza cada carro de limpieza, asegurándose de que cada planta tenga exactamente lo necesario para toda la jornada. Sin desperdicios, porque un control férreo de los stocks también es vital, y sin interrupciones, asegurándose de que todo estará donde debe estar cuando se necesite.
También se encarga de formar a las nuevas incorporaciones, enseñándoles no solo cómo limpiar, sino cómo hacerlo bien. «Si un baño está limpio, la gente será más respetuosa e intentará dejarlo limpio», explica.
Y, cuando surge una emergencia, no duda en ensuciarse las manos. Como aquella noche en la que la cocina se inundó a las 23:00 y organizó a su equipo para achicar el agua con cubos hasta solucionar el problema. O cuando, por su experiencia, ha sido capaz de entender qué pieza de maquinaria ha fallado sin ser experta en mecánica.
Una pieza clave en el engranaje de C&H
Marlene no es solo una empleada más en C&H Facility Services. Es el pilar sobre el que se sostiene la relación con este cliente en concreto. Su ética de trabajo, su liderazgo y su compromiso inquebrantable han fidelizado a esta empresa durante años.
Lo confirma María, CEO de C&H Facility Services: «Marlene es la que fideliza a este cliente». Y es que, en un sector donde la limpieza es mucho más que un servicio, sino una carta de presentación, contar con alguien como ella marca la diferencia.
Marlene lo sabe. Y por eso sigue trabajando con la misma dedicación que el primer día. Porque, como aprendió de su madre, «cuando empieces a trabajar, nunca cambies en el camino, mantente firme a tus principios». Y ella, sin duda, lo ha hecho.
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